El mundo es inestable, y los ciberriesgos se están convirtiendo rápidamente en un factor agravante que agrava este caos.
Dicho esto, nos corresponde a nosotros apoyar la gestión del cambio mediante la anticipación, el apetito por un mundo mejor y el control de los riesgos.
El nivel de concienciación está aumentando. Pero las acciones fundamentales siguen luchando por emerger.
¿Una paradoja? En realidad no, y la ciencia puede ayudarnos a entender por qué se trata de una respuesta totalmente natural.
Si nos esforzamos por identificar las razones de esta resistencia al cambio, podremos planificar juntos una ruta hacia la ciberresiliencia.
Empatía, alfabetización digital y conciencia del peligro, aprender a liderar en un contexto de incertidumbre, un enfoque basado en el riesgo… Todos estos son elementos que exigen innovación en nuestros modelos de gestión y toma de decisiones.
PUNTOS TRATADOS EN ESTE
LIBRO BLANCO
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